"Para
mí es un mes de apartarme, de aprender a controlarme. Si uno lo hace con
espíritu de buscar el significado profundo no pasa ni hambre ni sed, en
realidad lo más difícil es controlar los nervios y mantener la tranquilidad.
Aunque sea un ayuno del estómago, yo quiero que el mes sea alimento para mi
alma y para encontrar un momento para la reflexión". Así piensa una mujer italiana que trabaja en una heladería.
Para el creyente musulmán es un tiempo de compartir con los demás la falta de alimento, de distracción centrándose en lo que interesa de verdad al ser humano: la vida y su sentido.
Damos la enhorabuena a nuestros amigos musulmanes por esta fecha, importante para ellos. Les animamos a poner en su buzón la frase que pega la mujer del primer pensamiento en su buzón: 'no
estoy para nadie, sólo para Dios'
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